Alegría vicariante

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22 December 2018

La alegría es una emoción difícil de definir pero que suele ser fácil de reconocer. Todos en algún momento en nuestras vidas anhelamos compartir momentos y situaciones de alegría con las personas que nos rodean. Algunos incluso la llegan a confundir con la felicidad, un sentimiento más profundo y más complejo. Los científicos de las ramas de las ciencias de la mente la catalogan como una emoción básica, tanto es así que se le ha clasificado como la “emoción básica positiva por excelencia” y una de las más representativas del ser humano.

Los vestigios de lo que posteriormente será la felicidad comienzan muy temprano en nuestra vida, sus inicios se remontan cuando siendo aún bebes, nos sentimos atraídos por los estímulos placenteros e intentamos alejarnos de aquellas provocaciones incómodas.

La alegría es una de las emociones que compartimos con algunos animales, como los primates, quienes pueden expresar no solamente esta emoción, sino que también otras que tenemos los seres humanos. También otros mamíferos como los perros y los gatos son del grupo de animales con habilidad para mostrar alegría.

El término vicariante es un adjetivo que se refiere a “aquello que sustituye o reemplaza a algo o alguien”. Es así como, el término “alegría vicariante” se refiere a la alegría que sentimos cuando otra persona realiza un logro o alcanza una meta. Por ejemplo, los padres podemos sentir alegría vicariante, cuando nuestros hijos se gradúan de bachillerato, de la universidad o de un posgrado. Un cónyuge puede sentir alegría vicariante cuando su pareja obtiene un título académico de especialización o logra una meta profesional. Los abuelos sienten alegría vicariante cuando ven que sus nietos aprenden a leer o contar. El logro del hijo, de la pareja, del nieto o de los amigos, se convierte en la alegría sincera de otros. La alegría vicariante es una de las emociones más sinceras que se pueden experimentar. En esta no media la expresión de la falsedad, simulación o hipocresía.

Pero, ¿qué sería entonces la alegría vicariante en Navidad? Es la vivencia de la alegría de nuestra familia y amigos como que fueran nuestra propia alegría. Es saber que la fuente de alegría de ellos es también el origen de la nuestra. Es comunicar no solamente el júbilo y gozo característico de la época, sino también compartir con otros las emociones y sentimientos positivos que hacen de este periodo, un momento de alegría, fe compartida y reflexión y que nos permite compartir con otros, cercanos o no, la luz brillante del nacimiento de Dios hecho Niño, quien guía nuestras vidas a través de todo el año.

Feliz Navidad y que la alegría de los que nos rodean sea compartida por nosotros con la misma intensidad y significado que motivan la celebración de estas festividades.

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