Estoy convencido de que somos más los salvadoreños libres de pensamiento, trabajadores, emprendedores y de buena fe, que los que creen en el populismo y la mentira. Somos más los que queremos un El Salvador prospero y unido que los que quieren un país donde la confrontación y el resentimiento sean la brújula para tomar decisiones.
Si solo miramos los titulares que anuncian las encuestas, muchos no estarían de acuerdo conmigo, algunos por conveniencia, pero otros que son la mayoría, porque no se han tomado el tiempo de leer a detalle los resultados, los cuales claramente revelan que hasta hoy no hay nadie que pueda declararse ganador, nadie. De hecho, todas las encuestas revelan que hay un segmento importante de la población que no está dispuesto a admitir por quién votara.
Sin duda tenemos opiniones que difieren en algunos temas, pero debemos estar de acuerdo con que El Salvador no puede caer en las garras de un populista, alguien que ya dijo en una ocasión que el populismo no es malo. No puede ser que una persona que ha ofrecido marchar con el ejército hasta la Asamblea Legislativa, para exigir cosas que competen al Ejecutivo, sea un líder deseable para el país. ¿Adónde queda el carácter no beligerante de la Fuerza Armada? ¿Qué hay de la independencia de poderes? ¿Está dispuesto a romper con el orden constitucional? ¿Cuál es la diferencia entre este ofrecimiento y lo que hemos visto en Venezuela?
Después vienen los falsos ofrecimientos, como cuando nos quisieron hacer creer que ya tenían apoyos para la fantasía de hacer un aeropuerto para aviones de gran envergadura en oriente, de esos aviones que no vuelan ni a Comalapa. Llegaron al extremo de mostrar videos, donde hacían aseveraciones que después fueron desmentidas vía Twitter tanto por una aerolínea, como por el aeropuerto europeo que visitaron. También fue revelado por un medio que se dedica al periodismo investigativo, que el ofrecimiento de una CICIES no era en realidad lo originalmente planteado. El mismo candidato a la Vicepresidencia aseveró en la entrevista con dicho medio que no se trata de una comisión internacional, sino una especie de asesoría como lo que ya se tiene, perdiendo así su carácter independiente. Cuando el entrevistado quiso desacreditar públicamente al entrevistador, este hizo público el audio que revelaba la afirmación. De comisión internacional solo le quedaba el nombre, según lo publicado.
En las elecciones presidenciales de 2014, miles de salvadoreños se quedaron en sus casas para la primera vuelta entre Norman Quijano, Antonio Saca y Salvador Sánchez Cerén. De hecho la votación total creció en 296,330 electores para la segunda vuelta, representando un crecimiento de 11.02 % con respeto al total de votos válidos contabilizados en primera vuelta. En esta ocasión, ¿vamos a esperar a la segunda vuelta para levantarnos del sofá? ¿Nos correremos ese riesgo?
Los salvadoreños libres, amantes del sistema democrático, debemos unirnos desde ya para derrotar la amenaza que representa el populismo que nos quieren recetar como solución a los problemas del país. No puede ser que entreguemos nuestra nación a la confrontación, el resentimiento y la mentira, debemos abandonar las posiciones encontradas o cómodas. Es momento de activarnos todos y hacer nuestra parte, para evitar que nuestro querido El Salvador caiga del sartén a las brazas.
@jpelsalvador