Una causa importante

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14 December 2018

Con el número siempre ascendente de personas que entran en la tercera edad, que sufren accidentes graves, que desarrollan alteraciones neurológicas o articulares, o que nacen con discapacidades físicas, la necesidad de servicios de rehabilitación es cada vez más apremiante. Los tratamientos son caros pues requieren personal especializado, equipo e infraestructura sofisticadas, y generalmente mucho, mucho tiempo. Para los hospitales públicos el costo de unidades modernas de rehabilitación mengua sus capacidades para resolver otros problemas de salud, igualmente importantes.

Aquí entran los centros de rehabilitación de capital privado, financiados a través de donaciones de personas o empresas y administrados sin fines lucrativos. Aquí entra la Teletón, que posibilita el funcionamiento continuo de estos centros, que atienden a todo el que lo necesita sin distinción de su capacidad económica. Todos ganan con esta modalidad de administración. Gana el Estado pues le permite disminuir costos que serían muy altos, y gana el usuario, que obtiene una atención de alta calidad por el tiempo que se requiera.

Esta es época de Teletón y muchos la reciben con entusiasmo y expectativas. Gran cantidad de personas donan su tiempo, su conocimiento y su talento. Presentadores, artistas, organizadores, personal de bancos, administradores, camarógrafos, especialistas en audio, decoradores, maquillistas, personal de logística, y un largo etcétera trabajan casi sin descanso y sin retribución económica para que el evento sea exitoso en todos los sentidos. La recompensa es la satisfacción interior de haber hecho algo valioso, contribuyendo para que muchas personas tengan una mejor calidad de vida.

Pero también, como en todas las actividades humanas, surgen detractores que ven en el evento cosas negativas y que descalifican desde las intenciones hasta su eficacia y valor. Aparecen teorías de conspiración y se ataca sin sentido, sin razón y con una alta dosis de suspicacia. Esto es triste porque se pone en tela de juicio la integridad de muchas personas que colaboran y donan con un genuino interés de ayudar. Aún más importante es el hecho que los críticos olvidan que el objetivo primordial de todo lo que se hace es el paciente y que lo demás es simplemente un medio. Un niño con piernas poco funcionales ni se da cuenta o poco le importa si una empresa donó para mejorar la imagen, lo que le interesa es poder caminar. Lo relevante es que esté allí recibiendo terapia y que la terapia le ayude a lograr sus anhelos. Y nadie puede negar que esto se cumple. Los médicos, casi sin excepción, somos pro Teletón, pues nos enteramos de primera mano de su utilidad. Al estar frente a unos padres preocupados que buscan auxilio y contar con la disponibilidad de una institución confiable, lo demás parece intrascendente.

Conocemos de casos de personas que siendo incrédulos terminaron usando los servicios de la institución que antes criticaban. La perspectiva les cambió completamente. La vida es así, a veces nos da lecciones del modo duro. Recordemos que nadie tiene el destino garantizado, que la vida da vueltas inesperadas, que una noche podemos estar departiendo alegremente y amanecer el siguiente día en una cama de hospital. Los servicios de rehabilitación son algo que muchos podremos necesitar, y es un alivio saber que existen buenos disponibles.

Así que apoyemos esta causa y donemos con generosidad. Si prefiere hágalo en silencio y sin que nadie lo sepa, solo usted y su consciencia. El fin es lo importante.

Médico psiquiatra