La nueva empresa salvadoreña

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14 December 2018

En esta temporada política los salvadoreños están prestando mucha atención a los requerimientos que deben llenar el nuevo gobierno y los subsiguientes para asegurar el desarrollo del país. En este ambiente es fácil olvidar los retos que tendrán las empresas del país en una época de tantos cambios como los que estamos viviendo. Esto es un error porque es en estas empresas que la producción que facilitará el desarrollo se llevará a cabo, y es en ellas que la mayor parte de la ciudadanía vivirá su vida laboral, generará los ingresos para su familia y obtendrá una gran parte de sus logros.

¿Cuáles son los retos que tendrá la empresa salvadoreña en el siglo que está empezando? Es muy difícil imaginar todos los retos que nuestras empresas tendrán en esta centuria, especialmente por la rapidez con la que se están dando los cambios de los productos que la gente demanda, de la manera en la que se producen, de los requisitos que tendrá que llenar la fuerza laboral en estos procesos de producción, y de las preferencias de vida que la población tendrá como consumidores y como productores. Pero el análisis más elemental de los cambios que se están dando muestra que hay algunos retos que serán ineludibles, aún en el futuro más cercano, y que se mantendrán vigentes por muchos años del nuevo siglo.

Hay tres retos que las empresas salvadoreñas tendrán sin duda que enfrentar. El primero es que tendrá que integrarse a la economía del conocimiento. La segunda es que, como resultado de esto, la relación de la empresa con los empleados cambiará radicalmente, con una gran parte del poder dentro de ella fluyendo naturalmente hacia estos. Tercero, por la misma razón, la relación de la empresa con la sociedad va a cambiar también.

La integración con la economía del conocimiento no implica que todas las empresas tengan que convertirse en productoras de software o artículos o servicios que generen altísima tecnología. Mucha gente descarta la posibilidad de integrarnos a la nueva economía porque creen que ese proceso implica esto, y porque consideran que el país está muy lejos de poder abandonar la agricultura y la mayor parte de las cosas que produce para producir vehículos espaciales. Esto no es así. Lo que tiene que pasar en las empresas es que, si quieren sobrevivir, tendrán que ajustarse a los nuevos productos y las nuevas maneras de producirlos, que van a requerir cada vez más conocimiento en su diseño y su implementación. La agricultura, la industria y los servicios tendrán que tecnificarse cada vez más y sus ingresos dependerán de cuán creativos y conocedores son sus trabajadores.

Por esta razón estos trabajadores se convertirán en su insumo más preciado, y lógicamente las empresas tendrán que tomar muy en cuenta las preferencias y los estilos de vida de ellos en el diseño no solo de sus políticas de personal sino también en sus procesos de diseño y producción y hasta en su localización. Esto ya se está dando en los países desarrollados, en donde las empresas deciden en su localización basados en los lugares en donde sus trabajadores especializados gustan de vivir. Este criterio fue el principal que usó Amazon para localizar sus dos sedes secundarias en Estados Unido en Nueva York y el área de Washington.

El tercer reto es que tendrán que involucrarse en mejorar sus localidades para poder reclutar una fuerza laboral creativa y con conocimientos cada vez más avanzados en sus especialidades. De esta forma, como ya lo hace Aeroman en El Salvador, las empresas tendrán que apoyar al sistema educativo y al de salud para formar alianzas que les permitan producir con cada vez mayor valor agregado. Por supuesto, tendrán que preocuparse por la seguridad de los trabajadores y sus familias. Si no, no obtendrán trabajadores de alto valor agregado.

Esto no significa que tendrán que convertirse en sustitutos del gobierno sino que tendrán que cooperar con este y con la sociedad civil y sus propios trabajadores para crear el ambiente creativo que lleva al valor agregado.

¿Y cuándo empezará este futuro? Ya empezó. Algunos todavía no han sentido la necesidad de adaptarse, pero, más temprano que tarde, la sentirán y tendrán que hacerlo. Mientras más rápido piensen en esto, mejor.

Máster en Economía

Northwestern University