Los feminicidios muestran la pérdida de la brújula moral

Las mujeres a quienes alguien acosa o presiona deben buscar ayuda con familiares o amigos antes que una situación explote. De igual manera deben hacer los hombres que sufren lo mismo.

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10 December 2018

Los casos de la joven Zuleyma Flores, empleada de un restaurante asesinada presuntamente por su compañero, y el de la enfermera Ruth Ester Rivas, asesinada supuestamente por un excompañero de colegio, caminan a sumarse una intolerable lista de feminicidios que enlutan a una sociedad que viene presenciando toda clase de horrores desde la guerra de los años 80.

Como hemos dicho antes, una parte de la población ha perdido su brújula desde que se suprimió la enseñanza de la Moral y Cívica para meter esas disciplinas en la ensalada que denominan “Sociales” y que hace que los educandos pierdan de vista enseñanzas como la moral que mencionamos, la higiene y salud personal, el comportamiento cívico y la tolerancia. Lo anterior ha llevado al desprecio por la vida, lo más preciado que un humano puede tener.

Hay, sin duda, una corriente machista que es parte de la tradición de muchos pueblos, desde los extremos a que llegan los musulmanes que ven a la mujer como seres a los que se encierra y vigila hasta el punto en que Nikita Kruschov, a la sazón Zar de todas las Rusias, llegó a decir que cuando una mujer se sobrepasa “para eso están las varitas de fresno” (un árbol de madera dura de climas templados). Nuestra sociedad no ha estado exenta de relegar y permitir el maltrato a la mujer por mucho tiempo.

Sin embargo, nada justifica ese trato o maltratar ni menos matar a una mujer ni a cualquier otro ser humano inocente.

En casi todos los casos de feminicidios, los autores, compañeros de vida o pretendientes de las víctimas, son los primeros sospechosos y el hallazgo de los cadáveres les ha permitido a las autoridades armar las partes de la tragedia.

Mucho ayudan las pistas que dejan, como lo que vieron vecinos, cámaras de seguridad, llamadas telefónicas... además esos delitos repugnan tanto que generalmente se resuelven pese a las conspiraciones de silencio o las coartadas que se presentan, como en el caso de la agente Carla Ayala o el de la periodista Karla Turcios.

Es imprescindible buscar ayuda para que nada se salga de control

Las mujeres a quienes alguien acosa o presiona deben buscar ayuda con familiares o amigos antes que una situación explote. De igual manera deben hacer los hombres que sufren lo mismo, que se sabe que los hay.

En el caso de las parejas, hay consejeros matrimoniales, los jefes pueden ayudar, el sacerdote o el pastor de los templos donde acudan... como con las calderas y ollas de presión, hay que dejar ir el vapor antes de que el aparato estalle. Y una regla es evitar discutir cuando una de las partes está enojada y resistir las provocaciones.

Parte del problema entre muchas parejas, se dice, es que fuera de la atracción física que les llevo a interesarse uno en otro, o la atracción por otras causas, luego no tienen intereses que coincidan, por lo cual deben estos intereses comunes desarrollarse, comenzando por la educación de los hijos cuando Dios bendiga a una pareja con ese don maravilloso.

Y las parejas, en tal sentido, deben pensar en el futuro: ¿quiénes les cuidarán y les harán compañía cuando sean mayores?

Pero además pueden hombre y mujer buscar algo que les guste y hacer yunta jalando el aprendizaje de idiomas, de historia, de aves silvestres, de un deporte, de varios temas, el aprendizaje de tecnología o de otras ocupaciones, incluyendo perfeccionar lo que ya hacen.

Cada día hay que ganar el cariño de la persona con quien convivimos...